CONEJO de PASCUA

Cuando los gazapos tienen pocas semanas de vida empiezan a salir de la madriguera y a hacer sus primeras incursiones a escasos metros de ella. Entonces es bastante fácil acercarnos a ellos para observarlos y fotografiarlos. Seguramente, los pequeños conejos todavía no saben lo malo que puede llegar a ser con ellos el humano ser, y se muestran bastante confiados. Con algo de paciencia uno puede acercarse a escasos metros de la madriguera y observar tranquilamente su conducta, siempre evitando en lo posible cualquier movimiento que los pueda asustar. De repente un gazapo, asustado por el vuelo de una rapaz, se esconde rápidamente en el agujero; esperas a que salga por el mismo sitio, pero, al cabo de unos minutos, te das cuenta de que está observándote desde otra madriguera. Cuando los conejos se hacen grandes, desaparece en ellos esa confianza hacia nosotros, y ya sólo puedes observarlos desde la distancia

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