Cuando los gazapos tienen pocas semanas de vida empiezan a salir de la madriguera y a hacer sus primeras incursiones a escasos metros de ella. Entonces es bastante fácil acercarnos a ellos para observarlos y fotografiarlos. Seguramente, los pequeños conejos todavía no saben lo malo que puede llegar a ser con ellos el humano ser, y se muestran bastante confiados. Con algo de paciencia uno puede acercarse a escasos metros de la madriguera y observar tranquilamente su conducta, siempre evitando en lo posible cualquier movimiento que los pueda asustar. De repente un gazapo, asustado por el vuelo de una rapaz, se esconde rápidamente en el agujero; esperas a que salga por el mismo sitio, pero, al cabo de unos minutos, te das cuenta de que está observándote desde otra madriguera. Cuando los conejos se hacen grandes, desaparece en ellos esa confianza hacia nosotros, y ya sólo puedes observarlos desde la distancia
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Un gazapo no es un error
De las cosas que más me gustan en esta vida son: jugar con los gatos, correr aventuras, la tortilla francesa e ir a ver cómo se encuentran las camadas de gazapitos que acaban de nacer. Todos los años, a finales del invierno o al comienzo de la primavera, me acerco hasta la Sierra de San Quílez para contemplar a las primeras crías de estos fantásticos animales, tan odiados y perseguidos por muchos. Hace tiempo que localicé unas madrigueras increíbles que parecen sacadas de un cuento infantil o de una fábula. Y ahí, a un metro del cubil, espero a que asomen estos fantásticos animales, que nuestra lengua se encargó de clasificarlos, como bien puede leerse en nuestro diccionario de la real academia en una de sus tres acepciones, como de un error. Pero un gazapo no es un error, sino un ser extraordinario.
«Alacrán»
Levantar una piedra como cuando eres niño puede tener sus recompensas, sobre todo si te encuentras en zonas desérticas como las áreas esteparias de Binaced. Uno casi siempre encuentra hormigas, pero a veces te topas con la escolopendra (¡qué miedo!) o, lo que es mejor aún, con el escorpión.
«Malayan Tapir, year 2070»
«Malayan Tapir, year 2070», forma parte del proyecto «RattleSnake of the 2090,s», un trabajo fotográfico-artesano (los animales representados se han construido de manera totalmente artesanal, utilizando objetos cotidianos y empleando fondos naturales y artificiales, pero que muestran siempre algún elemento real de la naturaleza), que trata de forma crítica, irónica y con cierto sentido del humor la desaparición de varias especies animales del planeta que se encuentran en serio peligro de extinción.